Cuando miramos el mundo surgen en nosotros numerosas incertidumbres sobre lo que nos deparará la vida en el futuro.
Pero, al menos, de algo podemos estar seguros: si queremos que la Tierra pueda ser un hogar digno y feliz para todas las personas que la habitan, la sociedad humana deberá transformarse.
Millones de personas viven hoy una existencia degradada, impropia de su dignidad como seres humanos. En muchos lugares del mundo encontramos una humanidad rota por las desigualdades sociales, la pobreza, la guerra y la violencia, la intolerancia y el deterioro del medio ambiente natural.
El espíritu misionero propio de nuestro carisma marianista nos lleva a dar prioridad al servicio a los más necesitados y a impulsar una cultura de la solidaridad y la paz. Educar en el colegio Sta. María del Pilar debe ser enseñar a niños y jóvenes que sólo se llega de verdad a ser humano cuando se trabaja por la plenitud de la vida. Un colegio que anuncia la Buena Noticia de Jesús escucha también la llamada del Evangelio que nos impulsa a la construcción de un mundo más justo, solidario y pacífico.
Debemos, por lo tanto, trabajar para construir este futuro viable. La democracia, la equidad y la justicia social, la solidaridad con los más débiles, la tolerancia entre diferentes, la paz, la responsabilidad ciudadana y el cuidado de nuestro entorno natural deben ser valores clave de este mundo en devenir. Debemos asegurarnos de que la sostenibilidad sea esencial en nuestra manera de vivir, de dirigir nuestra naciones y comunidades y de interactuar a nivel global.
En esta evolución hacia los cambios fundamentales de nuestro estilo de vida y nuestros comportamientos, la educación juega un papel preponderante. Educar es mucho más que instruir, todos lo sabemos. Es importante que la educación escolar valorice no solo las competencias relativas a los ámbitos del saber y del saber hacer, sino también aquellas del vivir junto a los demás y del crecer en humanidad. La educación es la fuerza del futuro, porque ella constituye uno de los instrumentos más poderosos para realizar este cambio.
En todo esto nos gustaría centrar también este curso nuestra labor, poner el foco de manera especial en la educación para la justicia y la paz de toda la comunidad colegial con el lema “Más que tres letras”. La PAZ será el eje vertebrador de toda nuestra labor durante el año. Espero que seamos capaces de, efectivamente, aportar nuestro granito de arena para que el mundo sea un poco más pacífico, más tolerante y más inclusivo.
Buen curso a todos. Disfrutad. Somos muy privilegiados.
Lander SM