Desde hace algunos meses, y, a pesar de la pandemia, en la comunidad religiosa del colegio, decidimos cambiar nuestros horarios para poder compartir nuestra eucaristía diaria con quien quisese. Y desde entonces, pocos han sido los días que hemos estado solo la comunidad celebrando. Si hay algo único que podemos ofrecer hoy a nuestro entorno es el testimonio de comunidad y oración, y un espacio para vivirlo de forma auténtica. Por eso, seguiremos ofreciendo este espacio mientras dure el curso y esperamos poder seguir haciéndolo el curso que viene.